Antes del COVID-19, se estaban planteando ya cambios importantes. Pero tras ésta crisis de dimensiones todavía desconocidas, no sólo van a venir cambios, en algunos casos habrá que hacer renovaciones, reinvenciones y cambios radicales para poder sobrevivir al futuro.
En el caso del sector primario, hace tiempo que desde Europa se vaticinan nuevos tiempos. En este post, queremos aportar algo de luz respecto a un tema clave en el sector. Se puede ver como algo negativo o verlo como una oportunidad de futuro inmejorable aprovechando los recursos disponibles, que pueden servir como palanca para una nueva revolución en el sector primario. Estamos ante la llegada, por fin de verdad, de la Agroindustria 4.0.
Aunque en post posteriores seguiremos ahondando en el tema según vayan anunciando más novedades y clarividencias que nos vayan despejando las dudas, hoy empezamos con un extracto para entender un poco más qué es la nueva PAC, explicada desde la web del Ministerio de Agricultura (https://cutt.ly/gd5C4BV).
El Futuro de la Agricultura en España: Un nuevo modelo de PAC orientada a la obtención de resultados.
La propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la Comisión Europea, de junio de 2018, conserva los elementos esenciales de la PAC actual y, al mismo tiempo, introduce un cambio profundo en la manera en la que deben diseñarse sus instrumentos, pues pasa de ser una política basada en la descripción de los requisitos que deben cumplir los beneficiarios finales de las ayudas a una política orientada a la consecución de resultados concretos, vinculados a tres objetivos generales:
- El fomento de un sector agrícola inteligente, resistente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria;
- La intensificación del cuidado del medio ambiente y la acción por el clima, contribuyendo a alcanzar los objetivos climáticos y medioambientales de la UE;
- El fortalecimiento del tejido socio-económico de las zonas rurales.
Estos objetivos generales se desglosan a su vez en nueve objetivos específicos, basados en los tres pilares de la sostenibilidad y complementados con un objetivo transversal común de modernizar el sector agrario a través del conocimiento, la innovación y la digitalización en las zonas rurales.
Objetivos específicos de la nueva PAC
La elaboración del Plan Estratégico y el proceso de análisis que conlleva se estructura en torno a los 9 objetivos específicos y el objetivo transversal. Al tiempo que garantizan el equilibrio entre los diversos aspectos del desarrollo sostenible, estos objetivos específicos deben traducir los objetivos generales de la PAC en prioridades más concretas y tener en cuenta la normativa pertinente de la Unión Europea. Para lograrlo, desde el Ministerio se han creado una serie de grupos de trabajo, cuyas temáticas de trabajo, estado de situación y documento de partida que han desarrollado se puede conocer entrando en cada uno de ellos.
Objetivos específico transversal
Modernizar el sector a través del fomento y la puesta en común del conocimiento, la innovación y la digitalización en las zonas agrícolas y rurales y promover su adopción.
Este Subgrupo de Trabajo ha sido coordinado por la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal y este objetivo, que tiene una amplia interacción con el resto de objetivos específicos, ha analizado cuatro temáticas:
- Formación y asesoramiento.
- Innovación.
- Digitalización.
- Sistemas de Conocimiento e Innovación Agrarios (AKIS).
El trabajo de este Subgrupo se ha centrado en la modernización, basada, por un lado, en la innovación que, en el ámbito de la PAC, se considera una prioridad transversal indispensable para lograr los objetivos de la política de desarrollo rural europea, y, por otro, en la digitalización, una apuesta clave para ofrecer igualdad de oportunidades en términos de servicios, empleo y posibilidades de desarrollo de los territorios rurales.
Una vez hecha la introducción, vamos a destacar algunos puntos de un artículo muy interesante acerca de la PAC titulado “La Política Agraria Común, pendiente de la letra pequeña tanto en cifras como en aplicación” publicado en el diario El Norte de Castilla el día 16 de Agosto de 2020 por la periodista Silvia G. Rojo. Un artículo muy interesante que merece la pena difundir.
En él, Gabriel Trenzado, director de Relaciones Internacionales y con la Unión Europea de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, introduce el siguiente matiz: «Conocemos las grandes cifras, pero hasta finales de agosto no se dará una definitiva. La tendencia es a la reducción, pero no con las cifras que se están manejando y que no pueden ser extrapolables de manera individual».
Además, dice, el proceso de negociación empieza a partir de ahora y serán el Gobierno y las Comunidades las que tendrán que definir la estrategia de intervención.
Reunión en octubre
En octubre está previsto que haya una segunda reunión para abordar este asunto tras la celebrada el pasado mes de julio.
Una de las cuestiones es la definición del agricultor genuino. Parece que cada vez cala más la idea de que se debe tener en cuenta a aquellos agricultores para los que la actividad agraria es una fuente significativa de ingresos, no obstante, desde el Ministerio matizan que «España es un país de agricultura profesional, pero no a tiempo completo, pues solo el 29% de los ingresos de los perceptores de la PAC proceden de su renta agraria».
Sobre esta cuestión, Trenzado opina que «tiene que ser una figura profesionalizada, no profesional» y el parámetro para definir esta figura es el que se basa en el porcentaje de los ingresos agrarios sobre los totales del beneficiario, para lo que hay que ajustar la horquilla en la que deben situarse los primeros. En un tramo medio del 20-30% podría situarse la base del consenso.
Otra cuestión es el papel de los pequeños agricultores, pues unos 300.000 agricultores y ganaderos podrían quedar fuera de la definición de agricultor genuino, y cuyo papel social y medioambiental es muy importante en zonas muy amplias del país. Para el ministro Luis Planas, en ocasiones es más importante la aportación medioambiental y social de estos agricultores que el valor económico de su actividad, razón por la cual «hay que encontrar un modelo de gestión de ésta, tan importante para el medio rural».
La propuesta ministerial es un pago anual de entre 200 y 250 euros por hectárea para explotaciones entre 6 y 10 hectáreas. Esto permitiría alcanzar a casi la mitad de los solicitantes de ayudas de la PAC.
A partir del 1 de enero de 2023, momento en el que entrará en vigor la nueva PAC, la ayuda básica a la renta sustituirá al denominado pago básico y a la condicionalidad verde y es el principal instrumento de apoyo para agricultores y ganaderos. El ministerio propone que esta nueva ayuda alcance el 60% frente al 56% del actual mientras que Castilla y León apuesta por llegar hasta el 70%.
Regionalización de la PAC
El tema de la regionalización no será sencillo pues en estos momentos España cuenta con 50 regiones, «algo que la Comisión Europea no va a aceptar» dado que apuesta por reducir el número de regiones y avanzar en la convergencia interna.
«El Ministerio dice que en 2027 todas las hectáreas de una misma región tendrán que cobrar lo mismo y terminará con los derechos históricos que son referencias de hace 20 años. No sé si un agricultor recibirá más o menos, pero la ayuda dejará de ser nominal, por persona, y será por hectárea. Ahí habrá un debate importante», adelanta Trenzado.
En cuanto a la limitación de cobros, España está de acuerdo con el techo de 100.000 euros que establece el Marco Financiero Plurianual de la UE, pero modulando esta cantidad en función de los costes de mano de obra. El ministerio propone un descuento en esa cifra de unos 18.000 euros por trabajador y año para incentivar el empleo.
Otro término que se ha introducido en la nueva propuesta es el de los ecoesquemas (pincha aquí si quieres saber más sobre ello), voluntarios para agricultores y ganaderos, pero que representan «una buena oportunidad para alcanzar el objetivo de convertir en ecológica el 25% de la superficie agraria en 2030, uno de los objetivos de la estrategia “De la granja a la mesa”», indican desde el Ministerio.
Trenzado añade que los ecoesquemas «pretenden ser un sistema relativamente sencillo para que se pueda cumplir y dé resultados». La clave va a estar en el porcentaje de la ayuda, si se situará en el 20% o por encima, «es voluntario y si lo cumples tendrás esta ayuda compensatoria. Nosotros creemos que los ecoesquemas sí que tendrían que tener un incentivo y que se pudieran justificar por colectivos, por ejemplo, cooperativas pues el impacto medio será mayor, más verificable y eficiente y menos costoso que si uno va por libre».
El experto concluye que más allá del debate político «se puede mantener la ficha financiera y tener cifras inadecuadas porque el debate va a ser presupuestario, pero hay una reforma que implica adaptar medidas y objetivos. No se trata de cumplir con la reglamentación sino una política de resultados».
Otra herramienta a la que se está haciendo referencia constantemente es la ‘next generation’, el nuevo instrumento de recuperación dotado con 750.000 millones de euros, y «en el que el sector agrario debería participar pero no es para hacer lo de siempre».
Pero la PAC es un mundo y hay quien echa de menos otra serie de cuestiones. «Es preocupante que siga sin haber ninguna propuesta de gestión de crisis de mercado», manifiesta José Manuel Domínguez, técnico de Urcacyl. Recuerda mecanismos recientes como el almacenamiento privado, «que han resultado poco efectivos; se ha visto que se necesita un fondo de crisis».
A pesar de los muchos perfiles ganaderos que existen en la región, en el caso de los ecoesquemas, todo apunta a que solo serán viables para la ganadería extensiva, «no consideran otras producciones por lo que la ganadería sale perjudicada a pesar de que otras ganaderías están haciendo muchas cosas, por ejemplo, para reducir emisiones».
Sobre la mesa, además, el segundo pilar, el de los programas de desarrollo rural (PDR) y en el que se incluyen apuestas de futuro y de viabilidad como son la incorporación de jóvenes y mujeres o las modernizaciones. Habrá que ver cómo se desarrolla a través de una estrategia común pues a pesar de que existirán 17 PDR, uno por Comunidad, el resultado tendrá que ser común porque los objetivos serán de España. Domínguez hace igualmente referencia al «detallado» informe que se ha elaborado desde el Ministerio, con la colaboración de las autonomías, para dibujar la situación de cada sector y así tomarlo como referencia a la hora de aplicar esta política común.
En el artículo analiza también si habrá más o menos recursos dependiendo quién haga el análisis. Podéis leer el artículo directamente en éste enlace: https://url2.cl/uthqT
Desde Tressesenta, estamos trabajando para el impulso en innovación, sostenibilidad y mejora continua en la industria agroalimentaria, sobre todo de Castilla y León, aprovechando y gestionando todos los recursos disponibles para hacerlo de la manera más eficaz y eficiente. Creemos en un cambio positivo del sector, aportando la experiencia y conocimiento de otros sectores que ya han realizado éste impulso (unos más obligados que otros). Somos conscientes del potencial que se tiene para poder ayudar a una profesionalización del sector, haciéndolo más rentable, más sostenible y ayudando a la dinamización del mundo rural y contribuyendo a la implantación de la Economía Circular.